Cuando una pareja muy especial, llegada de México, solicitó que decorásemos su boda en el Castillo de Monterreal, nos pareció un reto complicado porque, sin querer caer en el exceso o quedar eclipsados por la belleza del entorno,
el escenario y la sobriedad arquitectónica de este conocido Parador requería dar con el punto de equilibrio decorativo.
Nos decidimos por una decoración de estilo romántico en tonos blancos, empolvados, rosas y malvas; rica en flores, sin ningún tipo de verdes. Protagonistas principales de los arreglos florales: las hortensias, rosas de jardín y eustomas.
Un sencillo y discreto bodegón, compuesto en su mayoría por hortensias y candelabros de diseño, recibía a los invitados…
Para la mesa presidencial realizamos un gran centro que cubría uno de los extremos de la mesa y caía en cascada hasta el suelo, salpicándolo de diminutos toques de luz.
En el extremo opuesto dispusimos jarrones de cristal con hortensias y rosas en blanco…
Completaban la decoración, numerosos fotóforos de cristal en varios tamaños situados en el centro de la mesa.
La gran mesa imperial estaba recorrida longitudinalmente por un jardín de hortensias y rosas blancas con base de espejos en el que destacaban candelabros plateados, rematados en su copa con bouquet de flores y vela..
y dispuestos en parejas de distinto tamaño para lograr el efecto multiplicador.
Jarrones bajos de cristal y fotóforos con velas de distintos tamaños se intercalaron a lo largo de todo el “jardín de mesa” para dar realce a los candelabros plateados.
Similar composición se realizó para alguna de las mesas individuales: candelabros y jarrones con flores;
Contaros también que para esta boda hicimos un bonito CandyBar y una mesa preciosa para el Tequila… pero es otra bonita historia de decoracion que reservamos para otra entrada.
Hasta la próxima amigas de las bonitas flores….