¿Quién de nosotros no ha disfrutado alguna vez con la imagen que nos ofrece un campo de girasoles, muy derechos y formales ellos, en perfecto orden de revista y buscando con sus corolas la luz del sol?
Es un espectáculo magnífico, lleno de plasticidad y belleza porque reúne en su conjunto la fuerza de la naturaleza, la luz del mediterráneo y el reflejo dorado del sol.
Quizá fueran las características de esta flor, además de su obsesión por el color amarillo (pintó de ese color la fachada de su casa en Arlés) lo que llevó a Vincent Van Gogh a realizar su genial serie de Los girasoles. Siete cuadros cuya única temática es el girasol en todo sus etapas vitales.
Vincent Willem van Gogh – Jarrón con doce girasoles. Óleo, 91 x 72 cm – Pintado en Arlés, agosto de 1888. Neue Pinakothek, Múnich, Alemania.
La historia
El girasol es originario de Norteamérica y Centroamérica. Su cultivo se remonta al año 1000 a.c aunque se han encontrado indicios de domesticación en Méjico datados alrededor de 2600 años a. C. Para algunas culturas amerindias ( aztecas, otomíes e incas) esta flor representaba al dios Sol. A comienzos del siglo XVI fueron los españoles quienes transportaron las semillas a Europa y desde allí se extendió por todo el mundo.
El cultivo
Llamado también girasol ornamental, el Helianthus annus florenza…
es una variedad empleada en jardinería por la belleza de su flor cortada y por los matices ocres, rojos, marrones o dorados que posee. Son plantas poco exigentes con el tipo de suelo pero, como siempre, debemos realizar un buen aporte orgánico y un buen drenaje; se adapta bien al cultivo de secano, aunque el riego aumenta su productividad.
Deberemos ubicarla en el sitio más soleado posible y preferiblemente a pleno sol.Sembraremos las semillas a principios de primavera, a unos 3 cm de profundidad, preferiblemente en grupos de dos o tres. Posteriormente, las aclararemos para dejar sólo una planta.
Una planta singular
Los girasoles son plantas heliotrópicas; esto significa que pueden realizar movimientos de giro provocados por su fototropismo, con los que se orienta hacia el sol y sigue su luz de Este a Oeste. Pero sólo los jóvenes tienen esta ” capacidad” viajera. Cuando los girasoles alcanzan la madurez, quedan fijos en dirección al Este. Por la noche inclinan sus corolas y vuelven a erguirlas al salir el sol.
Otra característica de los girasoles, como mínimo sorprendente, es que sus semillas no se disponen al azar sino que sigue un patrón matemático relacionado con una forma de espiral de Fermat, con el ángulo de Fibonacci y la proporción áurea.
Por sus múltiples usos en el sector alimentario, farmacéutico y energético; sus aplicaciones en la industria ganadera, papelera y ornamental y porque sabe posar para un cuadro con la elegancia de una diva, podríamos considerar al girasol como una flor “todoterreno” que, además de bella, singular y simpática, no tiene desperdicio porque “tanto sirve para un roto como para un descosido”
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