Con sus brillantes pétalos amarillos y su vibrante energía, los girasoles son las flores más alegres. Son símbolo de longevidad, lealtad y adoración. Un sencillo ramo de girasoles ilumina el interior de una habitación, alegrando el día y transmitiendo sentimientos de calidez, alegría y felicidad.
Los girasoles tienen un parecido inconfundible con el sol, pero ¿sabías que, a medida que crecen, los girasoles siguen lo siguen cada día? Sus cabezas miran al este por la mañana cuando sale el sol, giran a lo largo del día para seguir su trayectoria de este a oeste y finalmente vuelven a mirar al este por la noche para recibirlo al día siguiente.
La paleta de colores de estas flores es muy llamativa: naranja, rojo, amarillo, blanco e incluso verde lima. Los girasoles son originarios de Norteamérica y se cultivan desde hace siglos como fuente de alimento rica en vitamina E y para reducir el colesterol, tanto las semillas, como el aceite.
Los girasoles también han inspirado durante mucho tiempo a los artistas por su belleza natural. El arte impresionista es famoso por su fascinación por el girasol. Son sinónimo de Vincent Van Gogh, que pintó dos series diferentes de girasoles en tonos amarillo brillante, azul intenso y marrones sutiles para decorar su casa de Arlés.
Con los cuidados adecuados, los girasoles deberían durar de seis a doce días. Para maximizar la duración en el jarrón, busque flores que estén empezando a abrirse por completo. Elija tallos fuertes y rectos con flores vivaces que le miren. Una vez en casa, sigue unos sencillos consejos para alargar la vida de tus flores:
- Cuando llegues a casa, pon las flores envueltas en agua mientras preparas el jarrón adecuado.
- Llena un jarrón con agua y deja que alcance la temperatura ambiente. Si utilizas espuma floral, déjala en remojo hasta que esté totalmente saturada y se hunda hasta el fondo.
- Añade un paquete de alimento para flores para prolongar la vida de la espuma floral. Si no tienes alimento para flores, disuelve media cucharadita de azúcar, una cucharadita de zumo de limón y unas gotas de lejía en 4 tazas de agua para crear un sustituto casero.
- Corta los tallos a la longitud deseada, cortando al menos un par de centímetros desde la parte inferior. Los tallos de las flores empiezan a sellar sus extremos de forma natural, por lo que cortarlos ayuda a que la flor absorba agua limpia y fresca y prolonga su vida en el jarrón. Cuanto más corto sea el tallo, más agua alimentará la flor.
- Retira las hojas que vayan a quedar sumergidas, ya que se pudrirán con el tiempo.
- Coloca los tallos a tu gusto, variando la altura y la posición. Añade otras flores al arreglo una vez colocados todos los girasoles.
- Los girasoles son flores sedientas, así que comprueba el agua con frecuencia y añade agua fresca para llenar el jarrón.
- Cambia el agua si empieza a estar turbia y limpia los tallos. También puedes recortar los tallos bajo el agua para ayudar a la flor a absorber agua.
- Continúa retirando las hojas gastadas para mantener el ramo fresco durante más tiempo.
Si estás pensando en hacerle un regalo a un ser querido y no sabes que flor escoger para el ramo, los girasoles son una perfecta opción. Estas flores aportan luminosidad, belleza y alegría a cualquier estancia.
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